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HOTELES 2.0 (PMS y otras cábalas)

El blog de un hotel

El blog de un hotel

Ha ocurrido algo importante en el mundo de la comunicación, el marketing, un hecho innovador y, sin duda, sorprendente.

 ¡Hay un hotel en periodo de gestación y que además ESCRIBE!.

No, no me he vuelto loco. Existe un blog que es conducido por el propio hotel al que representa. Es la máxima expresión de la figura literaria de la "personificación". Tal es la irrupción en nuestra "netoexistencia"-valga la expresión aunque no esté registrada en el diccionario actual-, que ya se ha hecho un hueco importante en nuestras "netolecturas"(valga también, si me permitís). Es más, y esto es opinión propia y como tal, subjetiva, hasta le hemos cogido cariño al baby-hotel. Empleo las denominaciones que me van surgiendo ante el desconocimiento de su nombre y de su familia. 

En fin, lo que yo quería contar a por otros fueros. El caso es que envuelto en la locura de dotar de alma a este tipo de veleidades topé ayer con un hotel en ruinas. Y me dio mucha lástima. Como no me veí nadie, traté de darle vida.

-¡Eh!, viejo hotel. ¿Tú también escribes?. ¿Puedes oirme?. ¡Hay un hotel que escribe y habla!, ¡incluso anes de haber nacido!... ¿Puedes creerlo?

Y así una y otra vez. Al menos nadie pasaba por ahí y no me tomaron por demente. Pero nada, no movía ni un ladrillo. De forma que di media vuelta y me dispuse a marcharme por donde había venido.

Tan sólo había dado dos pasos cuando escuché a mi espalda un estruendo como de de un trozo de muro que caía. Sobresaltado di un respingo y me volví a mirar al viejo hotel. Seguía en pie, pero una de sus paredes se había movido y, cuál fue mi sorpresa cuando vi cómo un reguero de agua brotaba desde una de sus ventanas hasta la acera. Mas no era simplemente agua, era lágrimas, a fe que lo eran. El viejo hotel lloraba.  Fue entonces cuando comprendí que quería utilizarme de mensajero para transmitir algo al hotel nonato. Esto fue lo que me dijo:

"Amigo, dile a ese futuro hotel, que has visto a otro hotel que le envidia. Yo. Dile que antes de nacer, yo también tenía proyectos y ambiciones y que pisaba sobre seguro. Que también yo veía espectaculares amaneceres y me creía majestuoso, imponente, orgulloso y feliz. No era para menos.

Y nací. Lo hice en primavera; el sol se reflejaba en mis cristales y me sonreía y me envidiaba. Era lo que había soñado.

Seguí creciendo y creció conmigo mi fama y mi alcurnia. No era "un hotel", era "el hotel". Pero lo peor estaba por llegar. Crecí tanto y me hice tan importante que creí que yo sólo podría hacerme el Rey de la Hotelería. Y, sin darme cuenta, caí en mi propia necedad y me lancé a la debacle. Mi actitud no estuvo a la altura de lo que se esperaba de mi:

- Me dije "¿Por qué tengo que contentar a los que tiran de mi?. Hay muchos que estarán deseando sustituirlos por mucho menos"

- Me aventuré a no cuidar a los que en mi se alojaban. "Ya vendrán otros", decidí. "Clientes hay de sobra". No fidelizaba. Pensé que yo era la fidelización en mi mismo, no me hacía falta trabajar para eso.

- "Quien quiera algo que lo pague, aun cuando a mi no me cueste darlo"

- Tras una segunda oleada de nuevos empleados, peores que los anteriores, pero menos exigentes, volví a rizar el rizo y a tentar a la suerte, sustituyéndolos por otros aún menos exigentes, más baratos. Si, con menos experiencia, mucha menos.

- Invertir e innovar, ¿para qué?, yo soy el progreso.

- ¿Formar colaboradores?. Quien quiera aprender que se vaya a Salamanca.

Pero mi orgullo, soberbia y altivez me precipitaron en una caída estrepitosa. No pude superarlo. Los ratios que me vestían cada mañana se me quedaron grandes. Comencé a adelgazar por la ocupación y terminé con el precio medio, dejándome de funcionar el Revpar, ya anoréxico. Se me llenó la cara de "no shows" y de cancelaciones. El eco se instaló en mis cuatro paredes y me dio la puntilla.

Pero ya todo acaba. añana me derriban para construir en mi tierra un polideportivo. No puedo decirle nada al polideportivo, pues los polideportivos no hablan. ¡Pues no faltaba más!. En fin dile a tu nuevo amigo que no cometa los mismos errores que yo. Que cumpla lo que promete. Que las puestas de sol que contempla sean el reflejo de lo que él mismo ha de ser. ¡Corre, díselo antes de que sea tarde!".

Y aquí estoy, para decirte lo que el viejo hotel me encargó que te dijera. Y esto fue lo que me dijo la primera y única vez que habló. Y habló para ti, Hotel Misterioso

3 comentarios

David -

Llego tarde a este blog, pero solo quiero dejar un agradecimiento.

Rafael Martínez -

Por supuesto que puedes publicarlo.

Un saludo.

Rafael

El Hotel -

Amigo mío me ha gustado mucho tu artículo. Me ha llegado al alma. ¿Me das tu permiso para publicarlo en mi blog?